Cabe puntualizar que el producto sanitario no debe ejercer la acción principal que se desee obtener en el interior o en la superficie del cuerpo humano por medios farmacológicos, inmunológicos ni metabólicos, si bien dichos medios puedan contribuir a su función.
La seguridad de los productos sanitarios es, en la actualidad, un asunto capital para los fabricantes. No es menos importante que el conocimiento de las normas y regulaciones que aplican a sus artículos para asegurar el objetivo último: la protección del consumidor.
Para superar la complejidad de la materia, que puede generar dudas con relativa frecuencia, es importante utilizar tres herramientas específicas. Estas son la competencia técnica, el profundo conocimiento del campo regulatorio y la alta capacidad en lo referente a tecnología y procesos.
Gracias al uso de estas herramientas, los fabricantes, con la certificación de Kiwa, pueden demostrar el cumplimiento efectivo de los requisitos relacionados con su producto, tanto aquellos obligatorios como los voluntarios.
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